Para una lectura de el eternauta

Para una lectura de El eternauta. Borrador de un ensayo.

Lucas Berone (U.N de Córdoba)

La pregunta inicial, que dio origen al presente trabajo, se podría formular del siguiente modo: ¿cómo hacer posible, desde el análisis del discurso, el abordaje de la historieta (más específicamente, la historieta tal como fue producida en nuestro país a mediados del siglo XX) y de las relaciones que éstaestablece con el sistema literario nacional de una época?

Podríamos arriesgar la siguiente descripción. El comic articula un vínculo de doble signo respecto de la serie literaria: estigmatizado, por los escritores, críticos y profesores universitarios, como un arte o género menor, se mueve alrededor de la literatura y la asedia constantemente, operando dialógicamente sobre sus productos (lasobras literarias) y sometiéndolos a procesos de vulgarización y difusión masiva1, o bien, transformándolos en objetos de experimentación estética2. Desde este punto de vista, sería posible concebir el sistema de la literatura nacional (con sus fundaciones, sus tradiciones, sus traiciones, sus rupturas vanguardistas y sus desvíos) como formando parte de las condiciones de producción de lahistorieta argentina de mediados del siglo XX.

La hipótesis central que pretendemos demostrar aquí (aunque más bien se trata apenas de iniciar el camino para su demostración) se podría formular del siguiente modo: la construcción del argumento (es decir, la realización de un guión para historieta) constituye la dimensión fundamental a través de la cual la producción historietística nacional incorporólas tensiones propias del sistema literario de la época. Así, el nivel de la historia (o fábula) será el lugar donde los requerimientos temáticos, compositivos y estilísticos propios del comic se intersectan con las principales políticas de escritura provenientes de los diferentes sectores del campo literario nacional; el lugar donde la evolución del género historieta se inscribe en la evolución delsistema de los géneros literarios y, al mismo tiempo, la interpreta.

1. El caso testigo que hemos elegido para ilustrar nuestra hipótesis es el de una historieta que, hacia 1957, comienza a aparecer, por entregas, en el semanario Hora Cero, con guión de Héctor G. Oesterheld y dibujos de Solano López. Se trata de El eternauta: narración de las vicisitudes de un porteño, hombre común ypadre de familia, atrapado por una invasión extraterrestre que se desata sobre Buenos Aires y se extiende por todo el planeta; personaje que se convertirá, con el tiempo, en el principal ícono del comic argentino.

En este trabajo, se trata de leer la historia del Eternauta como una realización particular (una interpretación, una lectura singular u original) del canon genérico formulado, modelizadoe impuesto unos diez o quince años antes en el sistema literario nacional, por un grupo de escritores de élite (Borges, Bioy Casares, Silvina Ocampo, entre otros), para la producción de relatos fantásticos3. Queda claro que dicho canon genérico debe leerse como una más (y no la única) de las condiciones de producción específicas de la historieta de Oesterheld. Sin embargo, dado que lo que nosocupa aquí es el problema de la historieta como lectura peculiar del sistema literario nacional de una época, nos limitaremos entonces a señalar la serie de remisiones intertextuales que puedan llegar a establecerse entre la obra de Oesterheld y el fantástico rioplatense producido a partir de la década del ’40.

2. Referiré brevemente el argumento de la Primera Parte de El eternauta. En BuenosAires, en una noche de invierno, a mediados de 1959, un « guionista de historietas » (la voz que narra en 1° persona la diégesis o relato-marco) asiste a una aparición increíble: en una silla, frente a su escritorio, surge de la nada un hombre extraño, que se presenta como « Juan Salvo, el Eternauta » (« navegante del tiempo », « viajero de la eternidad ») y que, durante « todo el resto de aquella…